Se realizó el 7 y 8 de marzo el día de la mujer en el salón comunal de Don Juan y en la Sede educativa La Laguna , un encuentro cargado de motivación para seguir impulsando el espíritu de luchadoras, emprendedoras, amorosas, trabajadoras en cada uno de sus hogares.
Al encuentro participaron madres gestantes, madres y abuelas acudientes de cada uno de los beneficiarios, así mismo auxiliar pedagógico, apoyo psicosocial y educador.
Se desarrollo un conversatorio constructivo, donde cada una de la mujeres expreso su papel que desarrolla en el interior del hogar como madres o abuelas, evidenciándose participación de las madres en las tomas de decisiones en sus hogares en bienestar de la familia mediante una comunicación asertiva; afirmaron que se tienen diferencias pero se dialoga llegando a una armonía familiar, de igual manera las fechas del día de la mujer, son festividades que se está perdiendo con el pasar de los años en el núcleo familiar, ya sea por la monotonía de los hogares o la falta de motivación por parte de los adultos de reconocer esta fecha, como un día especial para la mujer, por el don de ser madres o consejeras.
La actividad permitió que las madres beneficiarias junto con sus hijos elaboraran una tarjeta de exaltación por tan importante fecha, con el fin de llevarlas a su casa y así multiplicar la información con sus demás familiares, recordando el papel tan laborioso que cumple la mujer en el hogar.
Para el equipo de profesionales es muy importar motivar a las madres a sentirse importantes a nivel de familia, sociedad y estado, especialmente por el papel tan importante que desarrollan en el interior de cada hogar y el contexto donde se desenvuelve, como madres y abuelas formadoras de hombres y mujeres de bien, por ser la base de la familia, por ser las consejeras que todo ser humano necesita, por dar el don de la vida, por ser multiplicadores de amor, tolerancia, perseverancia y humildad.
El apoyo psicosocial nos apoyó esta semana ofreciéndoles vídeos de reflexión, donde se le invita a no dejarse maltratar ni psicológica, ni físicamente, sino a reconocer sus derechos ante la sociedad.